cuando hemos procedido a sacar las bateas de la caja de conservación, nos hemos encontrado que una estaba rota:
Evidentemente, descartamos esa batea para su reparto. De cuatro bateas que teníamos, ya quedan tres. El problema es que conforme fuimos abriendo las bateas, una a una, nos fue llegando olor a pasado. Así que probamos un trozo de cada una de las bateas, y todos los que catamos sabían mal, ácidos, a pasados.
Descartamos repartirlo, y comprobamos que estábamos dentro de la fecha de consumo preferente:
Así que presentamos la oportuna reclamación a la empresa y a la Delegación Territorial de Educación. Con un poco de suerte, antes de fin de curso nos vuelven a traer melón, esta vez en condiciones, y lo podemos repartir entre el alumnado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario